viernes, 4 de mayo de 2012

El soundtrack de mi vida

Un hilo de canciones hace la historia de una persona, sin querer. El ejercicio es refrescante: sin críticas a la pieza elegida en sí, más como el recuerdo de lo que vamos transformando en nuestro camino. Soy neófito en la música pero con el oído puesto en las emociones. Van los sentimientos sin razón.
1. Era un niño y jugaba al cartero cuando escuché “Un telegrama” de Monna Bell, hasta allá, en mi pueblo, Tuxpan, Veracruz. Por cierto, el cartero nunca llegaba a casa. Será por eso.
2. El color contaba en la familia. Mulatos, prietitos y café con leche. Me tocó blanco. Toña la Negra interpretaba, de Agustín Lara, “Oración caribe”. Mi abuelo, mi raza, mi esencia huasteca en las tardes tuxpeñas. Mi primaria. Los juegos en el río y el mar. La inocencia. Y el racismo como plaga.
3. Mi primer amor de estudiante, en secundaria. El deseo como despertar. “Usted”, de Gabriel Ruiz, interpretada por Los Panchos. Duró tres años la historia. La suerte de ser correspondido. Aún lo recuerdo como un hálito de vida.
4. Escape a la ciudad para sobrevivir. Raphael estaba de moda. Y de repente aparece la canción, “Mi gran noche”. Me sentía dueño de Paseo de la Reforma en el convertible de un amigo. Mis ojos eran la noche.
5. La amistad que se sella con una pieza: “This is my life”, de Shirley Bassey. Mi entrada al movimiento homosexual de la mano de Nancy Cárdenas, Carlos Monsiváis y Juan Jacobo Hernández. La declaración de mi homosexualidad a la familia. La salida de mi casa. La libertad sexual.
6. “I will survive”, de Gloria Gaynor, ya era un himno del movimiento gay de entonces cuando la escuché por vez primera, en discotecas y amaneceres en Acapulco. Las pasiones desenfrenadas. La sensación de ser libre. La puerta falsa.
7. Destape a punto de perdición. Alaska canta en Ciudad Neza, en vivo, “A quién le importa”. Un amigo a punto de morir. La renovación de la vida después del abismo. El sida y sus secuelas.
8. Los amigos de mi generación, muertos. La mejor pieza que llega tarde al auxilio es “El recuento de los daños”, de Gloria Trevi. Años noventa, década de meditación.
9. A España para encontrarme con lo mismo pero con nuevas experiencias. La llegada del amor. “Un millón de amigos”: Roberto Carlos marca mi relación con Jonathan. Doy gracias a la vida por esos instantes de quietud.
10. Regreso a México, la libertad de ser. Otra historia de amor, la definitiva, con 18 años. “I’m your man”, de Leonard Cohen. El arte como punto de partida. La vida con amor, sin miedo.
11. Odio la canción “El rey”, de José Alfredo Jiménez, pero mi padre la adoraba. Y cuando murió, se me vino la letra a la cabeza.
12. Juan Gabriel tenía que ser cuando interpreta “Amor eterno”. La muerte de mi madre. Una forma de despertar, también, sin dejar de ser el niño que fui.
La lista es larga pero estas son mis resurrecciones.

Coda
Si Laura Barrera no me hubiera invitado a compartir estos recuerdos en su programa, no se los contaría. Siempre lo agradeceré.

No hay comentarios:

Publicar un comentario