viernes, 23 de mayo de 2014

El imaginario de Martín Zapata

Importa lo que dice pero más lo que inventa. Un dramaturgo de historias inverosímiles: fenómenos paranormales, fantasmas, espíritus o sobre la ignición humana espontánea... Hay seguidores de los temas e interés por saber de espectros, apariciones, médiums y, como eje central, el amor y la muerte. Todo, con enorme sentido del humor.

· Un teatro complejo, de corte policiaco y detectivesco, espectral. Una metáfora del teatro que nace contra toda realidad. Con asociación de ideas, sí que  evade la rutina de la costumbre. La trama es sin trama preestablecida. No sabes en qué momento te traiciona con mentiras una y otra vez para caer en un malentendido donde si te distraes siquiera un instante te pierdes: es para avezados en las palabras y en la historia de la literatura.

· Martín Zapata reniega de las escuelas tradicionales. Una escritura más allá de géneros y estilos, contra el conservadurismo dramatúrgico. Reconoce a maestros que le permitieron desarrollar técnicas de conocimiento sobre el drama, pero es una voz auténtica, novedosa en
el panorama teatral. Sus personajes, aunque puedan proceder de la realidad, son inventados, tergiversados, con guiños a homenajes ocultos de amigos y personajes literarios como Ionesco y Beckett, sus posibles alter ego.

· En sus obras lo más importante es lo que inventa. Lo único cierto es que los padres del teatro del absurdo fueron contemporáneos y terminaron los dos en el cementerio de Montparnasse, en París. ¡Imagínate que despertaran a discutir el objeto de homenaje del que fueron motivo de risa en el escenario! Esa sería una buena obra de teatro. ¿Lo aceptarían Ionesco y Beckett?

·Estarían felices. El dramaturgo mexicano es un renovador del drama contemporáneo. Sus obras son cuentos sobre cuentos, con amor y misterio en tono de sorna, en clave de risa, en complicidad con gente inteligente que lee, oye música y se divierte con los espectros cuando otros se asustan. Va más allá con las obras de su libro, Tres dramas debajo del sombrero: del teatro no escaparás porque es el espacio en el que quedan atrapados los personajes inventados. Lo que ahí se dice ahí se encierra, como una oración para vivir eternamente, aprisionado en las paredes del escenario. No hay muertes, hay resurrecciones. No hay vida, hay invención de la vida en el arte. Los personajes se sobreponen a la costumbre de estar vivos. 

· Apuesta uno por la posesión de los cuerpos vivos en manos de espíritus. Un médium y sus invocaciones pueden sacarnos la parte más profunda de nuestros sentires sobre un hombre y una mujer que palpitan por deseo pero no se lo confiesan hasta que el escenario los desnuda en su pasión más profunda: ahí donde los seres humanos no tenemos una identidad sino muchas, sorprendentes, cambiantes y la misma: el anhelo de amor y la lucha a brazo partido para obtenerlo sin restricciones. Vida, amor y muerte en un chispazo teatral: el sueño de inventar la realidad. 

· Tres dramas debajo del sombrero es un libro para reír y pensar en otra vida: la del teatro.

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