Desde La Rendija observamos el pasado y el presente de un
pueblo que quiere despertar de sus prejuicios. Desde La Rendija reflexionamos un
caos, donde unos son los hombres y otros son los dioses, unos son esclavos y
otros son amos del universo. Y las mujeres, acaso, enfrentan los
convencionalismos de los falsos valores, morales y religiosos.
Desde La Rendija , Eurípides y su Dios Baco visitan el territorio
maya y azteca, ahí donde la realidad del otro lado de la puerta abre el secreto
que despierta preguntas que arden en leyendas, mitos y realidades que aplasten tal
vez la falsa moral que impiden el placer de la mente, el cuerpo y el espíritu. Si
el dominio de las palabras para persuadir al hombre a pensar, es certero, Bacantes ya triunfó después de tantos siglos
de búsqueda.
Suerte a La Rendija en la Muestra Nacional
de Teatro.
Exorcismo vía las palabras
Umbra es el pórtico a la oscuridad en la que
habitan las sombras, donde nunca llega la luz del Sol, ni la esperanza: ni
siquiera Dios. Donde se localizan las fuerzas del mal, el miedo y la zozobra.
El espacio al que los protagonistas de la novela Umbra —un niño y
su padre— asisten para enfrentar su pasado. Obra donde lo fantástico y lo
terrorífico —la creación de un exorcismo— son posibles gracias al poder de las
palabras.
Sin conocimiento del lenguaje y atmósferas, es
imposible la literatura. El personaje creado por Raúl Godínez puede ser
cualquiera de nosotros, metidos en un ritual satánico donde la oración sin
dogma es el único camino para el desenlace final.
Poco libros recordamos como novelas de terror en
la literatura mexicana: del clásico Las visitaciones del Diablo,
de Emilio Carballido, a la de Carlos Fuentes, Aura, y más
recientemente, El libro de las pasiones, de Mario González
Suárez. Umbra, del poeta y narrador Raúl Godínez, borda su
escritura desde la realidad misma, hasta
la fantasmagoría en torno a las apariciones.
Con Umbra, Raúl Godínez —en
su primera novela de terror—vigoriza un género poco frecuentado en un país
donde los hechos sangrientos son lugar común, y las tradiciones y leyendas de
actos sobrenaturales forman parte de los mitos de México.
Felicidades al Premio Nacional Valladolid de las
letras.
Coda
En 1967, María Cusi de Escandón acompañó a
Guillermo Tovar de Teresa con el presidente Gustavo Díaz Ordaz, para que le explicase
la necesidad de rescatar el Altar del Perdón de la Catedral Metropolitana
—que aquel año se había incendiado. Lo explicó tan bien, que el mandatario lo
nombró “asesor para asuntos de arte colonial”. La leyenda en torno al hoy
finado, apenas empezaba…
No hay comentarios:
Publicar un comentario