Ahora que sale nuevamente al mercado el primer
filme de Alfonso Cuarón, Solo con tu
pareja (1991), vale la pena recordar que al gran conocedor del
cine, Carlos Monsiváis, el filme le
parecía “un chiste de mal gusto” porque jugaba con la tragedia de quienes en la
realidad padecían el VIH que detona el sida y no fueron objeto de una
tergiversación de los exámenes para detectar el virus, como le pasa a Daniel
Giménez Cacho por una “ardida” que lo quería solo para ella: los celos como
venganza de la mujer.
La película fue un éxito de público, aunque
nadie pensó que efectivamente, en el año de estreno millones de seropositivos
morían por la enfermedad, mientras en la sala de cine la gente reía con la
comedia de Alfonso Cuarón —quien escribió el guión con su hermano Carlos, por
el que ganaron el único Ariel para esa obra. ¿Era ético hacer comedia de una
tragedia como el sida, sobre todo, en aquellos tiempos?
Filmes extranjeros como Las noches salvajes (1992), de Cyril Collard, Philadelphia (1993), de Jonathan
Demme, Las horas (2002), de Stephen
Daldry, o la última sobre el tema, Dallas
Buyers Club (2013), de Jean–Marc
Vallee, son películas donde se muestra la inteligencia contra la homofobia, la denuncia
contra la ignorancia, o simple información contra el prejuicio de un mal que ha
sido noticia mundial. Solo con tu
pareja solo quería divertir a un público, el mexicano (porque el filme
no tuvo mayor trascendencia, aunque haya sido su paso a Hollywood).
Philadelphia es un
melodrama que incita a la compasión, que en lo personal nunca me pareció
relevante por su formato de telenovela, frente a Las noches salvajes, el testimonio vivo de un enfermo en sus
últimos días, o Las horas,
donde el poeta en su tragedia muere aventándose de su edificio en Nueva York
cuando el mal lo ha devastado. La mejor es Dallas
Buyers Club porque indigna el rol de la industria química farmacéutica
sedienta de dinero antes que de la cura, frente a un héroe anónimo luchando por
su vida.
Decía Carlos Monsiváis que Solo con tu pareja apostaba al éxito, sin contenido social.
El que vio la película se divirtió ante un Giménez Cacho queriendo suicidarse
por el resultado de los exámenes… No en balde Cuarón demuestra eficacia en la
comedia en su siguiente filme, Y tu
mamá también, de 2001. Cintas muy lejos de sus mejores obras: Childred of Men, de 2006, y Gravity, de 2013, la gran metáfora
del universo que lo consagrará con el Oscar, junto con la fotografía de Lubezki
(ojalá).
Bravo por el éxito de Alfonso Cuarón con sus
últimos filmes, pero comparto lo dicho por Carlos Monsiváis: Solo con tu pareja es un mal
chiste sobre quienes padecen el VIH. No aporta nada al cine universal, aunque
esté en el lugar 87 de los mejores filmes mexicanos según la revista Somos, de 1994. Maravilloso que
Cuarón goce de fama en Estados Unidos —y en el mundo—, pero no con una comedia basándose
en una mentira sobre la prueba del VIH.
Había que decirlo.
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